Hace unos días leía el comentario de una mujer de 26 años que fue diagnosticada de menopausia precoz después de meses sin regla, con sofocos, mal humor y agotamiento.
Otra, con 27, contaba que se despierta cada noche empapada en sudor.
Y una más, que empezó con reglas irregulares a los 23 años, escuchó durante años que “era normal” hasta que, intentando quedarse embarazada a los 29, un endocrino detectó que estaba en menopausia precoz.
Historias como estas se repiten más de lo que imaginamos. Y todas tienen algo en común: el impacto emocional y físico de recibir un diagnóstico que parece llegar “antes de tiempo”.
Qué es la menopausia precoz o adelantada
La menopausia se considera precoz cuando los ovarios dejan de funcionar antes de los 40 años. Esto significa que dejan de producir óvulos y hormonas como estrógenos y progesterona, provocando síntomas similares a la menopausia habitual, pero a una edad mucho más temprana.
Aunque la edad media de la menopausia está entre los 45 y 55 años, se estima que entre un 1% y un 4% de las mujeres la experimentan antes de los 40.
Causas más comunes
- Factores genéticos: antecedentes familiares de menopausia precoz.
- Enfermedades autoinmunes que afectan a los ovarios.
- Tratamientos médicos como quimioterapia o radioterapia.
- Cirugías que implican la extirpación de los ovarios.
- Trastornos hormonales o problemas de tiroides.
- En muchos casos, causa desconocida.
Síntomas más frecuentes
- Sofocos y sudores nocturnos.
- Sequedad vaginal y molestias en las relaciones sexuales.
- Cambios de humor, irritabilidad y tristeza.
- Falta de deseo sexual.
- Insomnio y fatiga.
- Pérdida de densidad ósea a largo plazo.
Impacto emocional: más allá de los síntomas físicos
En la menopausia precoz, los cambios hormonales se mezclan con un fuerte impacto psicológico.
No es solo el cuerpo el que cambia: cambian los planes, la autoimagen y, muchas veces, la forma de relacionarnos con nosotras mismas.
La sensación de “ser demasiado joven” para estar en esta etapa puede generar soledad, incomprensión y duelo por la fertilidad.
Por eso es fundamental validar lo que sientes: tus emociones importan tanto como tus síntomas físicos.
Cuidar el cuerpo y la salud íntima
- Revisión médica: ginecología y endocrinología para seguimiento hormonal y prevención de complicaciones.
- Alimentación equilibrada rica en calcio, vitamina D y fitoestrógenos.
- Ejercicio regular para cuidar huesos, músculos y ánimo.
- Fisioterapia del suelo pélvico para prevenir incontinencia y mejorar la función sexual.
- Autocuidado sexual: lubricantes, ejercicios de conciencia corporal, reconexión con el placer.
Vivir la menopausia precoz sin perderte a ti misma
La menopausia precoz no significa que tu vida sexual, tu deseo o tu bienestar se acaben. Significa que empieza una nueva etapa que necesita ser escuchada, cuidada y acompañada.

Si este es tu momento, no estás sola
En Menopausia 1 he reunido todo lo que sé sobre cuerpo, deseo, sexualidad y menopausia.
Porque esta etapa no es una caída, es una oportunidad para mirarte diferente, reconectar con tus sensaciones y vivir el placer sin culpa.