«Mearse de risa»… es tan común que incluso existe una frase hecha. Es general, de acuerdo, pero que sea general no significa que sea normal. El sistema urinario debe poder contener una risa, una tos, un estornudo…
¿Y por qué fracasa el sistema? Vamos a entender al suelo pélvico, no tanto qué es, sino cómo funciona.
¿Qué es el suelo pélvico?
El suelo pélvico es el conjunto de músculos que tapizan el suelo de la pelvis. La musculatura que tenemos entre las piernas, para entendernos.
Popularmente tenemos la idea de que el suelo pélvico es la musculatura de los esfínteres, la que apretamos cuando aguantamos la orina o intentamos retener un gas. Este es un concepto erróneo.
Popularmente tenemos la idea de que el suelo pélvico es la musculatura de los esfínteres, la que apretamos cuando aguantamos la orina o intentamos retener un gas. Este es un concepto erróneo.
El suelo pélvico es un potente entramado de músculos y tejidos que tapizan el interior de la pelvis y los esfínteres son una pequeñísima parte de ellos. Los esfínteres son, básicamente la punta del iceberg del gran suelo pélvico.
Generalmente, tendemos a imaginar el suelo pélvico como un grupo de músculos que cuelgan de la pelvis, como una hamaca. Concepto erróneo, una vez más.
El suelo pélvico no cuelga allí abajo, aislado. El suelo pélvico forma parte de algo más grande, de la esfera abdomino-pélvica. Concretamente, es la parte de abajo de esta esfera.
Imagínate un globo: la parte superior es el diafragma, músculo respiratorio. La pared la forma el músculo más profundo del grupo abdominal (transverso del abdomen) y la parte inferior es el suelo pélvico.
La esfera funciona como unidad, es como un globo. Cuando presionamos una parte de ella, la otra se abomba. La presión desde arriba se expresa abajo. La contracción desde abajo conduce la presión hacia arriba.
Diafragma, abdomen profundo, suelo pélvico. Los tres forman una unidad, trabajan en equipo. Los tres están implicados en los problemas del suelo pélvico. Muchas incontinencias y otras «patologías» se manifiestan, en el suelo pélvico, pero a menudo no es él quien tiene el problema. El suelo pélvico lo recibe y lo expresa.
El suelo pélvico es más una víctima que el origen del problema. Cuando la esfera abdomino-pelviana se ha desprograma y deja de funcionar como unidad, el suelo pélvico sufre.
Por eso siempre hablamos de reeducación abdomino-pélvica, es decir, reeducación de los componentes de la esfera abdomino-pélvica.
La rehabilitación, la mejora, la tonificación del suelo pélvico se basa en la reeducación de esta esfera. Se basa en reeducar el ab domen, el diafragma y el suelo pélvico, para que vuelvan a trabajar en equipo y se protejan los unos a los otros.